La palabra delito, del latín delinquere, implica alejarse del buen camino. Legalmente es el acto u omisión que sancionan las leyes penales.
El Derecho, a través de las normas, ha sido creado en un intento necesario de mantener el orden de las relaciones humanas en sociedad.
Pero, ¿Por qué siguen existiendo conductas delictivas? ¿Por qué existen todavía conductas antisociales no delictivas? Para aproximarse a un intento minúsculo de respuesta, tenemos que darle la bienvenida a variados puntos de vista en diferentes áreas del saber humano.
Podemos decir con tal sencillez y claridad que, el delito, como otras conductas, es la manifestación de lo que gestamos en nuestro interior. Por lo que las leyes penales por sí mismas son ineficaces para combatir las conductas antisociales y la delincuencia.
¿No es pues lógico y hasta consecuente que realmente ataquemos el delito desde sus orígenes? ¿Tal vez desde la psique del ser humano? Sí, pero para muchos va a ser muy incómodo, no decir de los delincuentes o los potencialmente delincuentes, ya que como dice Francisco Cervantes Ordoñez “Es más fácil cambiar las leyes que las mentalidades y las inercias”.
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La conducta antisocial, es para Luis Rodríguez Manzanera todo aquel comportamiento humano que va contra el bien común…”, sea conducta de carácter delictivo o no.
Por lo tanto, podríamos reflexionar algo muy sencillo, el famoso “uno por uno”, en cuanto a dejar pasar en calles con igual prioridad y donde no hay semáforo, un carro de un lado y otro del opuesto. Bueno, no se necesita ser un sabio para entender que si pasamos uno por uno en las condiciones señaladas, habrá menos tráfico vehicular y/o será fluido, y con ello contribuimos al bienestar común; sin embargo, mucha gente no lo hace. ¿Qué pensarán las personas que se le “avientan” al otro carro? ¿Cómo se sentirán para actuar así?
Aquí puede empezar una conducta potencialmente delictiva. Y qué tal si el otro conductor se enoja, porque el otro le aventó el carro, se baja del vehículo y se inicia una pelea.
Las leyes no pueden regular los pensamientos, sentimientos y actitudes, pero éstos sí pueden ser potencialmente generadores de conductas antisociales.
¿Podemos ser parte del inicio de prevención del delito y/ o las conductas antisociales?
Vale la pena hacerlo.