jueves, 19 de abril de 2012

VÍCTIMAS ANTES Y HOY.-

VÍCTIMAS  ANTES Y HOY.-

Desde el inicio de la humanidad, han existido víctimas: “Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos fuera. Y como estuvieron en el campo levantose Caín  contra su hermano y le mató”  Génesis IV-8.
Este versículo relata  el “primer acto homicida en la historia”, y  con ello la primera víctima y victimario.
Durante la época de la venganza privada también llamada  venganza de la sangre, término que se originó “sin duda… por el homicidio y las lesiones…” (Fernando Castellanos Tena), cuando el hombre era objeto de una agresión, la víctima o sus familiares contaban con el apoyo de la comunidad para tomar venganza, excediéndose la mayoría de las veces, por tal motivo,  apareció la “Ley del Talión. “Ojo por ojo”, convirtiéndose  en  el primer límite de venganza y obligando a contemplar a la víctima aunque sea para medir el daño causado.
Posteriormente, se incorporó el derecho  de que la víctima evaluara sus propios daños y elegir entre el talión o el pago.
La Victimología ha evolucionado con mayor lentitud,  en cuanto a formalización y legislación de los derechos victimales,   en contraste  con los derechos  de las personas implicadas en la comisión de un delito.
Para la ONU, las  víctimas son “personas que, individual o colectivamente, hayan sufrido daños, inclusive lesiones físicas o mentales; sufrimiento emocional; pérdida financiera o menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales como consecuencia de acciones u omisiones que violen la legislación penal vigente en los Estados Miembros; incluida la que proscribe el abuso del poder”.
El 6 de septiembre de 2011, fue publicado en el Diario Oficial de la Federación, el decreto por el que se  crea  la Procuraduría Social de Atención a las Víctimas de Delitos,  el 10 de octubre del 2011 inicia sus operaciones. Ofrece servicios de  asistencia médica,   asistencia psicológica especializada, orientación y asesoría jurídica, y  gestoría de trabajo social. http://provictima.gob.mx/conoce-provictima/antecedentes/
TELÉFONO DE CONTACTO: 01800VICTIMAS.




martes, 17 de abril de 2012

¿Eres feliz en tu trabajo?


Todos tenemos derechos: Las víctimas, los probables responsables, los denunciantes y demás.
Hay tantas leyes, reglamentos, pero ¿qué derecho  puedo hacer valer para que no sea víctima  de la prepotencia de algunos empleados de la procuración de justicia en el Distrito Federal?
Tuve la oportunidad de acompañar a una persona a una agencia del Ministerio Público. Acompañó a su hijo  que había tenido un accidente automovilístico la noche anterior. Lo habían citado en la agencia, no  como probables responsable, sino como víctima. Los patrulleros lo trasladaron del  hospital a la agencia, previa autorización del nosocomio, y a petición del Ministerio Público. Iba todavía  muy lastimado y difícilmente podía sentarse y caminar.
La señora a la que estaba acompañando, le preguntó a una oficial secretaria  sobre la situación, contestándole que su hijo no tenía por qué estar ahí y que se esperara. Yo,   como acompañante de la señora  pregunté a la oficial,  qué era lo que se tenía  que hacer o porque la espera y su respuesta fue la misma: “Esperen, tomen asiento” y punto; esta orden, por supuesto con un  tono de voz y actitud  que sólo  pueden reflejar lo infeliz  que se siente esa mujer en su trabajo.
Me comenta la señora que después de varias horas y  sin la menor sensibilidad hacia el muchacho dijo la empleada  que se podían ir. Yo había tenido que irme antes de esto.
Durante el tiempo  que estuve, me daban ganas de señalarle su actitud a la pseudo servidora, pero pensé  que sería contraproducente, que sería peor y los haría esperar más.
Este virus  que “enferma” a la sociedad, en la gran mayoría de las instituciones gubernamentales, es insidioso y un gran obstáculo para la prosperidad en nuestras propias vidas. Qué mayor prosperidad me puedo generar que siendo generosa  en mi buen trato con otros.
NO queriendo ser injusta, también he visitado otras instituciones de justicia en materia federal y local, en Hacienda y otras más, en donde el trato es de primera y  con mucha eficiencia.
La ley es clara si se violan los derechos de las personas. Pero hay violaciones más sutiles  que aparentemente  no causan consecuencias.
 Veamos la cadena: No hay amor por el trabajo—hay enojo—lo saco  con otros—los otros se enojan. Todos enojados y la energía no se dirige a resolver los problemas relacionados  con el trabajo, sino en contra de los usuarios.
Hay áreas donde se pueden denunciar estos tratos, pero me pregunto  si el área en donde se hace la queja no será sólo un museo y las palabras letras muertas, porque el trato no ha cambiado mucho.
Hay  que cambiar primero a la gente, que la institución  se cuidará sola. Se necesita autoconciencia y sensibilización.
Hay tantas buenas reformas legales y creación de nuevas, pero ¿ por qué algunas personas  no pueden cambiar?  O mejor, ¿Por qué que algunas personas ni siquiera  se dan cuenta de que sufren por lo que hacen y le siguen echando la culpa y frustraciones a los demás?.
¿No es todo esto una forma de victimización?